VENENITO

lunes, mayo 02, 2011

Aquellos

Mientras observaba como idiota a la gente bailar (que en realidad sólo criticaba); en un instante de ésos que te suelen transportar a otros momentos difentes ya vividos,  observé como formaron una ruedita, para luego convertirse en el tan afamado juego de "las casitas", en instantes me vino un nombre "Pascual".

Pascual se llamaba aquel maestro de primaria de sexto año, que a todas las niñas de cuarto grado nos parecia todo un principe. Pascual aparte de distinguirse de entre todas las maestras por ser el único maestro, era muy divertido, pues él siempre a la hora del recreo estaba jugando con los alumnos a "las casitas" (Pascual sólo jugaba con los alumnos de sexto año, jamás con los más pequeños), en ése entonces yo no sabia que eran las casitas, pero ahi perdí varios recreos sin jugar, ni comer mi torta con aquél frutsi que me habian puesto para la hora del recreo, sólo estaba tan intrigada por mirar como "aquellos se divetían". Me encantaba, mirar como se escogian, unos y otros, (niñas y niños ) gritaban el tan afamado uuuuuuuyyyyy!! (estoy segura que fue ahi donde se perdieron el miedo de hablarse) así se escogian entre ellos podría saberse a quien le gustabas o quien te gustaba, (creo que me encantaba ver los primeros juegos elitistas de niños); fue entonces como aprendi a distinguir quiénes pueden jugar y ser parte de los preferentes (cosas que no se aprenden en un salón de clases, si no por circunstancias de la vida).
Tenía una vecina se llamaba Malinaly, ella era de sexto grado, siempre me saludaba cuando no encontrabamos camino a la escuela, a diferencia de mi, ella era de las preferentes y tenia la suerte de ser alumna de Pascual; era tal mi intriga que una vez me armé de valor para preguntarle que se sentía tener un maestro en vez de una maestra sólo de dió risa, me respondió que si queria jugar con ellos a la hora del recreo, le respondí que no. Fue más el miedo a no ser escogida por nadie .. que atreverme a ir a jugar con ella. Se convirtió en una de las tres únicas veces que platicamos en toda una vida de vecinas. Desde ése momento dejé de mirar como jugaban, y me dedique jugar con mis compañeritas de clase "al resorte".

Nunca dejé de soñar con que Pascual me eligiera algún día. En algún momento cuando pasé a quinto año... Pascual fue promovido a Subdirector, jamás volvió al patio de la escuela  a jugar... y  a mí me cambiaron de primaria... Nunca sabré si en verdad Pascual era un profesor hermoso, justo como aquel príncipe que imaginaba, tampoco sabré si era buena persona, de lo que si estoy segura es que yo también hubiera seguido la tradición de jugar a las "casitas" con los de sexto año.

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