La cosa es que los apasionamientos , los merecimientos, remordimientos y menosprecios, son el pan de cada día.
Allá donde las confesiones y dos cervezas sacaron realidades. Los demonios resultaron ésa noche un fraude . Es cómo aquellas pinturas que según Diego le terminó a Frida. Es cómo aquella voz que escuchamos en cada rincón de México, pensando que era la voz de Frida Kahlo , resultó ser de alguien más. Ojalá y así como Diego cantaba y berreaba, Frida maldijera cada borrachera en la que su infelicidad se eclipsaba.
Llevo 36 primaveras y consigo el puñado de procedimientos resultaron no tan sanos, no tan acertados y ciertamente no tan mágicos.
Aquí, aveces uno se sumerge entre el chilito, limón, botana y dos cervezas, una clara y la otra oscura, para eclipsar la realidad. Los labios quedan confesos y alcanza para una ronda de picor.
Posdata: Ya encarrerada me chingué un pozole. Éso sí con mi cheve, pa´ no dejar al demonio insatisfecho; sí tenía un chingo de carne de puerrrco, así es cómo alcanzas el éxtasis culinario.