VENENITO

miércoles, julio 13, 2022

Cuerpo

Recibí tu regalo con mucho amor . Pensaste en mí y para mí no tienen precio aquellos pensamientos puros. Últimamente mis recursos se ven agotados cuando de cariño se trata ; no soy de mensajes, pero es que mi alma recurre a pensarte más cuando quiero palabras dulces -no eres un recurso, eres el cariñito que la vida me guardó en los rincones para saberme amada y siendo sincera no quiero gastar; se me ha hecho costumbre pensar que todo lo bueno tiene fecha de caducidad y no quiero gastarte en mis sin sabores terrenales.

Te quiero con todo y tus momentos de inefable voluntad rebelde; descubres la libertad de aquella madurez que sola fijaste.

 Te admiro más que nunca porque me has demostrado que la amistad sí puede romper con los paradigmas de la distancia; momentos incómodos  que parecen invisibles y sabes bien que no puedo pasar por alto.

Escribo para ti, para que me perdones, por aquellas palabras que sabes bien no puedo cumplir; los deseos que externo son atemporales, el cuerpo se pudre, pero mis anhelos no. Dejo para ti un dibujo, un beso y mi amistad . Sé que siempre lo entiendes, eres de las pocas personas que sí se toma el tiempo de leerme entre líneas. Te quiero .


Posdata :  Lo femenino siempre será inspiración, seamos pues inspiración mi alma amiga.  E.G. R. 

martes, julio 12, 2022

Todo lleva a una sola oración


Hablé con él -cómo hace mucho no lo hacía-. Le dije de los cambios, los grises y aquellas tardes en azul.

Tengo días sin confesarme -en realidad son años, sin decir lo que cargo-. La señal del día de hoy hablaba de Dios y aquellas profundas pláticas que se tienen  con él - creo que existe Dios para poder confesar aquello que no podemos, sobrellevando así la carga emocional y psicóloga -al menos éso entendí de aquella película de inspiraciones perdidas. 

Pensé en la suerte, mis desiciones, deseos, anhelos, metas  y consigo desilución, pues ninguno supo contestarme lo que el espejo refleja.  Dejo todo a la suerte esperando ver a Dios en mis deseos; confieso que todo comenzó cuando en aquella papeleta de la secundaria se me dieron diez renglones para escoger un destino . Alguien me vió tan desesperada y su consejo fue : "Déjalo a la suerte"... Desafortunadamente, así deje mi vida (todo). 

¿Para qué tomar desiciones si lo que más quieres en la vida no lo puedes tener? 

Mi vida en confesión será que una enfermedad me quitó a mi farol y desde entonces las pláticas con Dios se resumen a todo aquello que me atormenta; quejas y quejas que siempre tengo con él. Al final, Dios no tiene la culpa de ser tan divino y yo tan caprichosa.  Entonces,   llegó una pinche vieja,  se sentó frente a mi y aplastó mi bolso -la iglesia ya no es lugar seguro- me dije . Por hoy basta de confesiones.