VENENITO

martes, noviembre 06, 2018

Un relato inverosímil



Como cada noche, duermo y sueño con aquellas cosas que son inexplicables.
Mientras éso sucede,  paso de ver mi habitación donde yace mi cuerpo, a viajar y casi nunca quiero regresar. Inerte, doliente y punzante; un cuerpo envejecido negándose a la desilusión . No me reconozco. Siempre llego al lugar dónde pertenezco.

He sido nombrada princesa Banun. En otra ocasión fui una adivinadora que murió apuñalada por la espalda; lo que siempre termina con mi vida es la promesa que desde el cielo, podré regresar .

He conocido brujas poderosas, mis dos esposas y a un joven que siempre busco en sueños.  Quizá ése joven sea yo. En algún momento Abraham y William se encontrarán. Son nombres que tengo siempre en mi memoria.

Hace unas noches volé sobre aquella puerta negra que me aprisiona  y termino en aquel baño sucio de mi adolescencia, aquel donde cada tarde lloraba por la frustración que sentía.
Parece mentira, siempre busco a la luna, para contarle que estoy bien . Ya nunca salí al patio implorándole mirarme. Quién sabe si alguna vez la orgullosa me escuchó. Me niego a pensar que la magia no existe en los labios, en las palabras, en las acciones, en los detalles y aquellos atardeceres que enardecían mi corazón. La lluvia que caía sobre mi cabello al regresar sola a casa, sin que nadie supiera de mis apasionamientos desbordados.

Mientras duermo, la humedad de éste cuerpo putrefacto yace, existe, cómo algo tan cotidiano y natural. Me inundo, me lleno y luego encuentro serenidad. Los altares, las voces y lamentos llegan a nombrarme. Alma, Banun, Yara,  Venenito, Yuri, infierno, antídoto, Abraham, todos soy yo y ninguno  identifica lo que represento. Las estrellas brillan y la brisa toca mi piel. Ojalá el último día de mi vida llegue mientras duermo, para no enterarme, para no llorar, para no sufrir, para no volver.

Posdata: Vete de mí !