La obviedad del juego de palabras me resultó aburrido. Entiendo el lenguaje fácil, aquel cuyo significado tiene una simplicidad tácita. Lo realmente fantástico es cuando alguien puede leerte entre líneas y más, comprende en zapato ajeno, a carne viva lo que escribes, va más allá del querer, entender y comprender...
Cuando digo Veneno, le dan ése significado mortal que te lleva a la muerte. ¿Puedo ser venenosa? Una persona chismosa que le encanta poner en contra a las personas o hacer que cumplan su voluntad, sin importar los medios o circunstancias, cero escrúpulos que la hagan ser amable, empática o agradable, ningún rastro de bondad que hablen de lo humana o caritativa en cualidad. Cada perspectiva desde los enfoques fácticos, lógicos y axiológicos y desde
cada materia, espacio, tiempo. Todos llevamos a cuestas facetas que quizá nos pinten como el malo, el bueno, el pendejo o jodido.
No, no soy Veneno por estar en porciones chicas o en aquellas que ya escribí antes. Alguien me dijo que lo había picado y seducido por mi talento fantasioso. También me dejaron de hablar por considerarme mortal en opinión. ¡Qué sé yo de fantasías puercas o pensamientos que atormentan; demonios que guardamos en el ser y que son perturbados al mínimo aliento de pecado que sedujo un pensar! "Las palabras llevan intensión si de alterar un río en calma puede pronunciar".
Llevo en mi vientre veneno, aquel que seduce, muerde y carcome la carne. Llevo en mí existencia veneno sólo para mí , hacerme el amor y olerme, tocarme o saborearme es de las pocas grandes cosas que puedo palpar y gritar que existo porque soy aquella mujer perfecta en imperfección. SÉ A QUE HUELO, SÉ CUAL ES MI SABOR Y SÉ PERFECTAMENTE QUE LA EXCLUSIVIDAD ES COSA MÍA Y DE NADIE MÁS (a menos que así lo decida yo).