VENENITO

martes, junio 26, 2018

Los fantasmas




"Los fantasmas existen de éso estoy segura. Hay ciertas cosas que los vinculan a un lugar. Igual que nos ocurre a nosotros. Algunos permanecen atados a una porción de terreno, un momento y una fecha, un derramamiento de sangre, un crimen terrible. Pero hay otros , otros que se aferran a una emoción, un impulso, una perdida, una venganza o un amor. Y ésos... esos nunca se van"







Posdata: Entonces los fantasmas se aferran a una emoción, una venganza o un amor. Lo que duele es estar muerta en vida, sólo admirándote sin poder saber si me escuchas.


lunes, junio 25, 2018

El sexo duro y el amor bonito

Que muerda tus labios mientras te besa, que te tome fuerte por la cintura, que meta mano debajo de tu vestido, que con sus dedos sienta tu humedad, que te susurre al oído todas las ganas que te trae, que se acerque a tu cuerpo para que puedas sentir su erección.

Que lo puedas presentar con tu familia y que se lleve bien con ellos, que se reúnan y coman todos juntos, que te ayude a levantar la mesa, a barrer o lavar los trastes, que platique sobre ti con tu madre, que se siente en la sala y empiece bromear y se tome una cerveza con tu padre, que seas lo único y lo más importante para él.

Que en la habitación del hotel te amarre a la cama y te tape los ojos para que se activen tus sentidos, que desvísta lentamente, te saboree mientras te quita la ropa interior, estas desnuda disponible para él, que riegue cochocolate sobre tu cuerpo para deborarte y te limpie todo el cuerpo con la lengua, que baje hasta tu vientre para que te haga disfrutar de un oral mientras masajea tus pechos y aprietas los dientes. Que te escriba poemas que hablen de cuanto te ama y desea, un caballero detallista, que te mande flores al trabajo, que te lleve dulces a casa, que sea tu enfermero cuando estás mal de salud, que sea tu apoyo en momentos difíciles, que si te ve triste te haga sonreír, que sueñe una vida a tu lado, hacer proyectos juntos como comprar una casa o un auto, que nunca se quiera alejar de ti. 

Que en la recámara él sea tu amo y tú la sumisa, que te ponga frente al espejo para que veas tus gestos de excitación mientras te esta penetrando, que te ordene que te pongas sobre la cama en cuatro, tú te pondrás deseosa porque esté dentro de ti, que sus dedos pasen sobre tu vagina y que sienta lo caliente que estas mientras que tú lazas unos leves gemidos, pídele que te embista varias veces y deje tus nalgas marcadas y coloradas, que te cambie de posición para que te subas en él y menees las caderas mientras muerde tus senos.

Que al caminar juntos apriete fuerte tu mano, que se sienta orgulloso de tener una mujer como tú a su lado, que te envié cartas de amor en las fechas importantes, que viajen juntos, salir a bailar juntos, que te abrace y te sientas protegida, que sea tu amigo y te sepa escuchar, que confíe en ti, que te bese la frente antes de dormir, que se vuelva tu compañero de vida y que sueñe en que pueden llegar a viejos hasta mecerse en la misma silla. 

¡No lo niegues!”

Posdata: ojalá .

miércoles, junio 20, 2018

La vocecita

Estaba tan apurada, que sentía que el mundo se me venía encima; los trastos sucios  en el fregadero, un piso lleno del lodo, por el perro travieso al que todavía no educo, aquella planta media seca encima de mi mesa y entonces, tiré la sopa. La única sopa que había hecho para la comida (la misma que ahora estaba regada por toda la mesa, sillas y parte del piso con lodo) La RE-PINCHE SOPA que estaría acompañada con el estofado de pollo. Ya no pude más, en cualquier momento llegaría mi suegra a comer y yo, hecha un manojo de lagrimas. Lloré por la impotencia, la desesperación; sobre todo porque no soy "la mujer perfecta".

Escuché a lo lejos una vocecita que dijo: 

-"Tú eres la mejor mamá del mundo. ¿Puedo ayudarte a recoger la sopa? O si prefieres, te pongo tu música favorita, pero no llores. Todo lo que haces siempre te queda de lo mejor del mundo"-

Entonces le contesté: 

¡Lloro de alegría mi amor, gracias a dios te tengo en mi vida! Y si, puede que me sienta un poquito mal, pero sabes, es importante respirar profundo y seguir. "Yo creo que tu abuelita comerá estofado con unos ricos panecitos".

Posdata: Aveces nos hace falta escuchar más las vocecitas que hay en medio de nuestra desesperación.




miércoles, junio 06, 2018

Pequeña y Frágil



"Yo no estaba en condiciones de rechazar un saludo tuyo"

Fue el recuerdo lo que te trajo a éste momento. Quizá la casualidad, pero es verdad. Uno no olvida cómo se sintió.

Yo tampoco recordaba tantas cosas, sólo que uno recuerda especialmente las cosas que dolieron. Tus ojos, son los que duelen más.
Justo en el pasado, donde dolías, con la inmadurez, tu rareza y dulzura de las crayolas y los lápices. La emoción escondida sobre los secretos que tus labios guardaban, las poesías, dibujos, miradas ocultas disfrazando tus sentimientos.  La fería, el anillo. No acepté que era frágil, tampoco me lo confesaste.



Dulce fantasía la nuestra,en los tiempos de ingenuidad. 

La realidad de tus bellos ojos convertidos en utopía.


Allá en los tiempos, donde la confesión mayor era recordar porqué me fastidiabas.
Porqué en mi libreta jamás estuvo tu nombre...
porque las canciones nunca fueron confesiones,
porque tus ojos jamás volvieron a mirarse en los míos.




Fuiste el primer amor mi vida entera
ya nunca podré olvidarme de ti



Posdata:    Lo único tan real  en ésta entrada, siempre fue la libreta.





Te espero en la misma banca.



Aquí estoy en el Kiosko, esperando en la banca. Miro
 a mi alrededor y está ella (esperando igual que yo) Ahora recuerdo. No dejaré de ser la misma chica esperando por ti, en el mismo lugar, sólo por tu sonrisa querida Amiga.




Posdata: Venenito Teniza  sabe esperar.

NO TENGO PERDÓN (NI LO QUIERO)


"Confieso que he pecado de pensamiento, palabra, obra y omisión. Sé que me espera una larga condena en el infierno y que he perdido toda esperanza de redimirme porque además tengo el alma tan oscura que en ella no brilla la luz del arrepentimiento. Confieso que pecado, como todos. Aunque jamás haya matado a nadie, ni me gusta mentir con frecuencia; aunque no me haya robado un peso del presupuesto público ni haya comprado conciencias. Pero he pecado porque le he fallado a Dios y a los muchos profetas que en su nombre nos fiscalizan.

He pecado porque en  vez de quemar los libros prohibidos, como procurara uno de esos profetas,   los he llevado a mi biblioteca. Con curiosidad  he leído novelas concupiscentes  de un tal García Márquez, que hablan de incestos,  de curas que  levitan y  de sexo  prematrimonial. En la desproporción de una imaginación indigna para cualquier creyente, admito que Gabo, como me gusta llamarlo, despertó en mí el vicio de la literatura. Pecado mortal.

Confieso también que he leído a Russeau  y a Nietzsche, víctimas también de hogueras fanáticas,  y  en mi sacrílega   autoconciencia, han hecho que mi fe pierda  contundencia.

He pecado porque   mi ignorancia no me permite discernir entre lo que está bien a los ojos de Dios y lo que está mal. Ingenuamente me he atrevido a pensar que los homosexuales tienen derecho a casarse   y a adoptar niños si así se les antoja, cuando en  las Sagradas Escrituras se afirma que debemos lapidarlos hasta la muerte o en su defecto, quemarlos como en Sodoma. He pecado porque creo  en las libertades individuales y en la educación  de calidad y  me opongo  a cualquier forma de discriminación. Defiendo y respeto los derechos reproductivos de las mujeres y la legalización de la droga, aunque eso enoje a Dios y a sus mesías.

He pecado porque juré ante Dios que mi matrimonio  perduraría hasta la muerte y por dignidad no fui capaz de cumplirle. Sabía que mi deber era perpetuar mi infelicidad y mantener el Sagrado Vínculo,  como  hacen tantos buenos cristianos,  pero abdiqué sin miramientos. Preponderé mi tranquilidad sobre valores cristianos tan bellos como la abnegación y el sacrificio. Por eso sé que no tengo  vergüenza ni perdón de Dios.

He pecado porque creo que Dios está en todas partes (o más bien en ninguna) y no considero necesario hacer parte de una comunidad de fieles. Por mi vanidad,  no he permitido que el Espíritu Santo me ilumine y  por medio de sus profetas, me diga por quién votar, a quién juzgar o cuánto dinero pagar para consolidar la empresa material de Dios.

He pecado porque  no alcanzo a comprender la dimensión de la obra de Dios en la Tierra,  y me pregunto  en voz baja  por qué las iglesias  no declaran renta y están exentas de tantos impuestos. (…)

Por lo anterior y por muchos  otros pecados de menor  calibre, sé que con mi alma no hay indulgencia que valga. Inútil sería  dar diezmos buscando el perdón de Dios si  mi arrepentimiento no es sincero, así que mientras me llega el castigo eterno no me queda más que buscar mi felicidad  en  esta vida  terrena”.

ANDRES BURGOS