VENENITO

domingo, octubre 06, 2019

Mis últimos momentos

Platicaste entre labios que los sonidos conocidos te llevan a recuerdos. Él jamás me dedicó nada. Estoy aquí en el hospital, muriendo a causa de mi torpeza - ¿Quién en su sano juicio juega en las azoteas? Solo yo, al meditar. Escuché al doctor decir que tenía pocas horas. Me conformé, juro que no le pedí nada hasta que entendí. Nunca tuve conmigo sus labios rezando, tampoco sus ojos y que jamás escucharía su estronduoso corazón latir. 
Mientras tanto, una voz casi celestial pronunció - Tu gloria yace en aquello que no pudiste tener, él no fue para ti, pero lo conociste, supiste que podías amar, enamorarte y aún así sacar la humildad que no me demostraste a nadie. Él era tu redención ante el orgullo. Éso fue algo puro, aprendiste a respetar, cuando él no te escogió-. Luego, se aclaró mi visión, era  todo terrenal ojos, manos, piel, labios, aliento, devoción y tormento... Al final, después de tanto llorarle, rezarle, cantarle, recordarlo, dibujarlo, hablarle, por fin, ésta bestialidad humana mereció una sola vez aquella mirada, sólo una vez, mientras  tanto me despedí. Hasta ése entonces pude conocer el sendero que me elevó al cielo. Me faltaron horas, besos, abrazos, miradas, argumentos, disculpas, vida. Aquí, dónde faltó mucho y sobró imaginación, ojalá hubiera bastado con las alas para llegar a ti. 

Posdata : Brazos de Sol, esperame.