VENENITO

viernes, febrero 12, 2021

Los cinco botones

 Se desabotonaba los cinco botones  del camisón que iban de su pecho al cuello y se sacaba su seno blanco como la leche, inflado cómo vejiga y rematado en un pezón rosado  y yo lo veía como hipnotizado; había algo ahí , era fascinante , aparte de su belleza , quizá porque jamás mamé nunca. O al menos éso me dijo mi abuelo. Después de admirarlo durante varios segundos lo tomaba con mis dos manos e introducía su pezón en mi boca. 

Primero lo chupaba suavemente  y sentía cómo se iba endureciendo. Cuando estaba erecto, Alejandra palpitante, me ordenaba:

- Muérdemelo, papacito ! 

Se lo mordía y ella se quejaba y se revolcaba en la cama. Luego, me pedía me acostara encima de su cuerpo y se movía bajo mi peso. Así estábamos un rato, al cabo me volvía a ordenar frenética.

-Muérdemelo todo papacito!

No sólo se lo mordía por todas partes sino que además se lo apretaba con todas las fuerzas de mis manos, sabiendo que éso le gustaba también. Ya pasados unos minutos, se guardaba el amoratado seno y se sacaba el otro con el que repetía la misma operación, acatando siempre sus órdenes al pie del cañon. 


Intimidades de un Joven seductor 

Carlos Isla.





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