Miré el jardín aquel que cuidaste por mucho tiempo, aquel que fue testigo de innumerables secretos. Te pensé con nostalgia al mismo tiempo y sin darme cuenta estaba hablándole al espíritu en el cual te refugias... ayúdame (implorando) Me temo que la fatalidad se enamoró del jardín... levanté la mirada y una flor Blanca de entre los escombros sucumbió mi ferviente dolor. Estás viva... Estás.
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