VENENITO

miércoles, septiembre 01, 2021

El Centro de Atención

 Beatus Ille

Dichoso aquel tiempo

 

Venidero y placentero aquellos días en los que jamás sueñas. Yo nunca soñé con días específicos en mi vida - Me dije mientras mi hermana escribía en el Whatsapp añorando con el día en que mi hijo llegue a su mayoría de edad-.  Entre negativas y afirmaciones; escribo del presente. 

Hace unos días leía en un recuerdo de "alguien" (el de mi rivalita; una se hace de apodos cuando un nombre cierto es incomodo a tus paz femenina). Es imperativo mencionar,  que tengo conocidas en común en la red, por regla  en mi existencia, hago todo lo posible por  dejar de lado aquellas personas que sé -y muy bien-, me hacen una persona carroñera y mierda -en pensamiento, palabra y adicción-. Ella, mi Rivalita, escribió sobre un día tan importante en su vida; fuera de causarme envidia, el morbo es lo que me llevó a ver la publicación. Como caja de pandora, ahí estaba yo,  fisgoneando en recuerdos que no importan, pero si alimentan mis demonios.

Rivalita, se miraba espectacular y feliz en uno de ésos días específicos, su boda. Sin miramientos, encuentro la fantasía en cada palabra cuidadosamente escogida para hacer la remembranza de tal evento. Entonces, me vinieron a la cabeza miles de pensamientos carroñeros y afloró mi demonio.  Que si bien ya los conozco, todavía no controlo bien.  

Recordé mi juramento de lealtad, aquel que profesé vestida de blanco y que nunca anhelé. Miles y miles de palabras profesadas , ninguna de odio, reclamo o injusticia .  Todo es entrega y válido para quiénes en ése momento hacen tal juramento:  "PARA  SIEMPRE CORAZÓN, MENTE Y PIEL" - Mi día específico no fue en el altar, fue aquel en que escogí a mi compañero de vida en el mismo instante en que mi imposible pedía una oportunidad.  Mi juramento fue de  TOTAL ENTREGA, sin amuletos de suerte en azul, tatuajes o adornos ostentosos y mucho menos en objetos sagrados para atraer el dinero. Me sentí dichosa, por cumplir algo que no soñé vivir, que fue él, siempre él al que elegí y era yo la que sostuvo de la mano -mi elegido, no era su protagonista -.

Todos tenemos una historia, sueño y promesas con sus juramento; los días específicos no son aquellos con los que sueñas, en ocasiones sólo se presentan así, sin mayor aviso.


Posdata:  Miles de demonios viven en mi,  ya los conozco y ésos  no tienen días específicos, son atemporales.



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