Perder es un acto de valentía, respeto y consideración. Perder te hace humilde, no humillado. Perder te da la suficiente empatía por aquellos sentimientos que apelan la fragilidad.
Hoy, recordé lo que sentí todas aquellas veces en que no me eligieron en los concursos escolares (porque no era suficiente ; nunca fui de las más bonitas para figurar en la escolta, tampoco lo suficientemente rápida para aquel concurso de mecanografía o me faltaron números en matemáticas y jamás figuré entre las mejores bailarinas) ¿En qué momento te vuelves conformista ? Comienzas por aceptar la derrota y para la otra será. O sólo dejas de querer competir, sabes perfectamente que de nada sirve el reconocimiento si no encuentras tu fuerza interna para afrontar lo que nadie te dice: la realidad mata, penetra y se come uno a uno tus sueños si los pierdes.
Perder, te hace humano más por la fragilidad que por el detalle de haberlo podido ganar .
Nadie te enseña a apostar por aquello que no tienes y que puedes lograr. Tu orgullo, tu fuerza y el poder de la seguridad bajo la promesa : nunca más .
No hay comentarios.:
Publicar un comentario