No vales la pena, me decía mientras escribía lo infeliz que eres. Después me dije : no puedo más, siempre fuiste algo que tuve porque quise y no porque tú quisieras, como yo quería. No lo quiero, ni lo aceptó. No quiero tener nada y no aceptaré que me importa. Porque quiero tenerte y me importa que tú no.
Hoy es una de esas veces en que la vida y la muerte se parecen tanto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario