"Quiero que tu ausencia se difumine con el alba, que
tus ojos ya no destellen en mis sueños, que mis labios dejen de añorar
la tersura de tu espalda. Quiero exiliar los suspiros que me atormentan
cada mañana, cuando descubro uno de tus cabellos entre las sábanas.
Quiero que tu ausencia no torture mis momentos malos, que ya no siga
latigueando mis pestañas hasta altas horas de la madrugada.
Y
también quiero que mis besos se queden tatuados en tu memoria, que sean
invisibles al tacto pero grandilocuentes en tu imaginario. Quiero que
no olvides mis escasas risas, ni la pésima voz con la que cantaba en el
baño. Hoy deseo que mis “te quieros” figuren en tu colección de momentos
memorables. Y deseo, por el bien de ambos, que un día mires atrás y
recuerdes con un poco de bondad a este tipo arrogante que nunca supo
valorarte". Roberto G. Castañeda
Quiéreme, échame de menos, mándame un poco de amor cada vez que pienses en mi y déjalo así...
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