Lo que odio de los Girasoles es verlos morir . Me decía mientras comía en aquel comedor que no era mío; ni las sillas, ni la mesa, el plato nada . Recordé al señor que condenó mi vida con sus palabras - jamás recibirás la vida que quieres pues él no te la dará - .
Juro que jamás iré a una boda a decir improperios que puedan ser maldición en la vida de nadie. Quizá Dios si cumple antojos y solo protege y bendice a los que son nos reverendos "hijos de la chingada".
Estoy enferma y muriendo lentamente igual que los girasoles en el comedor . Hoy no me siento muy animada. Ya no pediré girasoles en mi cumpleaños. 🌻

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